Nos culpamos cada día; miramos con gestos de enojo a quien tira un papel en el suelo o a los colectivos que emanan humo y más humo.
Lo cierto es que el calentamiento global es una realidad comprobada. Lo que no se puede comprobar fehacientemente es la culpabilidad de los humanos en este proceso, ya que las últimas investigaciones sobre el tema determinan que el Sol no está incrementando su actividad por motivos inherente al hombre, sino que se debe a un proceso natural. Un ejemplo claro es que Marte también está sufriendo un proceso de calentamiento y los humanos aún no hemos pisado el planeta rojo.
De todos modos no debemos lavarnos las manos ante este delicado tema. Nuestro accionar y la contaminación que generamos acelera este proceso del envejecimiento natural del Sol.
Los científicos sostienen que ocurrirán catástrofes naturales de gran magnitud, pero que faltan muchos años para que esto ocurra. Pensemos en los millones de años que tiene el planeta y el poco tiempo que llevamos como parte de él.
Tarde o temprano la especie humana desaparecerá como lo han hecho otras. La clave para quienes habitamos este cambiante planeta Tierra es cuidarlo, pensando en el futuro de nuestros hijos y nietos.
