Elliot Eland, vive en la ciudad inglesa de Lancashire, es un niño de 2 años de edad que padece el síndrome de Angelman. Es un pequeño cuya sonrisa nunca se va, un estado de alegría constante. A pesar de sus expresiones de felicidad, la enfermedad no lo deja desarrollarse como un niño sano.
Los inconvenientes que presenta esta enfermedad son: Poseer una capacidad lingüística reducida o nula; pocos gestos y señales, lo que provoca escasa comunicación; poca coordinación motriz, con problemas de equilibrio y movimiento; un estado aparente de alegría constante, con risas y sonrisas en todo momento, siendo fácilmente excitables; hipermotricidad y falta de atención.
La madre del niño se llama Gale, de 41 años, no pierde las esperanzas de que aprenda el lenguaje de señas para que pueda comunicarse, unos de los medios utilizados por los niños afectados por esta enfermedad es el ipad, por lo que están en camino para conseguirle uno.
Cuando nos sentimos deprimidos la risa de Elliot nos mantiene en carrera. «Sólo tenés que mirarlo y su felicidad te invade», expresó su madre.